martes, 10 de marzo de 2015

El Descartes matemático

René Descartes es considerado uno de los filósofos e intelectuales más grandes de la llamada “Edad de la Razón”. Nació como el último hijo, enfermo ya que sufría un problema de crecimiento, en una familia francesa noble en la Turena, Debido su mala salud, su padre aplazó la educación formal hasta que llegó a la edad de ocho años cuando escogió el colegio jesuita de La Flèche como su escuela. Debido a su enfermedad era conocido por levantarse tarde después de pasar tranquilamente la mañana en silenciosa meditación. Junto a sus compañeros cursó estudios lógicos, éticos, metafísicos, historicos, cientificos y literarios. Aunque independientemente trabajaba álgebra y geometría, las cuales se convirtieron en sus materias favoritas "debido a la certidumbre de sus pruebas". Licenciado en Derecho por la Universidad de Poitiers, pronto empezó a dudar de todo el conocimiento que había adquirido, llegando a decir incluso que “ no aspiraba ya a ninguna otra ciencia que no fuera el conocimiento de sí mismo o de los grandes libros del mundo". Esto le llevó a buscar un método con el que poder llegar a verdades incontrovertibles en todos los campos del saber. En 1629 decidió irse a vivir a Holanda, allí estudió otras materias, aparte de filosofía y las matemáticas, como la óptica, la física, la química, la anatomía y la medicina. Las matemáticas le atraían especialmente porque proporcionan un método de llegar a certezas y demostrarlas de forma impecable, método que, pensaba, trascendía su propia materia. De modo que elaboró una serie de principios para asegurar el conocimiento verdadero en cualquier campo, basándose en la forma de trabajar de los matemáticos. Es en este momento cuando profundiza su dedicación en los métodos de los geómetras griegos, los que se termino por corregir mediante el manejo de líneas y figuras tridimensionales en una gráfica. 
Dibujando una gráfica marcaba unidades en una línea horizontal (eje x) y una línea vertical (eje y); así, cualquier punto de la gráfica podía describirse con dos números. El primer número representaba 
una distancia en el eje x y el otro número representaba una distancia en el eje, De este modo se conseguía asociar ecuaciones algebraicas a lugares geométricos. Aunque conservaba las reglas de la geometría euclidiana, combinando el álgebra y la geometría, consideradas hasta entonces independientes, logró formar una nueva disciplina matemática a la cual se la conoce como geometría analítica y a los ejes protagonistas, ejes cartesianos. Así, muchos de los problemas geométricos que desde los griegos fueron resueltos por procedimientos algebraicos simples en vez de con complicadas figuras.

En 1634 aún no había publicado nada, pero seguía dedicado a incorporar todos sus conocimientos, desde la astronomía hasta la anatomía humana, en un impresionante tratado que se llamaba El mundo. Todo París esperaba con gran curiosidad la obra maestra de Descartes pero este se enteró de que la Inquisición había condenado a Galileo por su pensamiento del universo y decidió esperar hasta 1637 para dar a conocer al mundo su geometría analítica (apéndice dentro su obra maestra Discurso del método).

Estas ideas supusieron un cambio trascendental en las matemáticas hasta el punto de acabar con el dominio de la geometría a favor del álgebra (aunque esta se denomine Geografía) y no solo en aquella época, científicos como Newton o Leibniz deben a Descartes y a sus teoría (algunas tan comunes como el símbolo infinito o el principio de inercia), sus posteriores descubrimientos, como el calculo infinitesimal, fundamento de la física, matemática y tecnología moderna. 

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